Felipe Larrazábal y «El Patriota», crítica a los oligarcas masones.
Transcripción de un escrito remitido al periódico liberal, en ocasión a las elecciones presidenciales de 1846.
Compartimos unas crónicas remitidas al periódico «El Patriota» dirigido por el Dr. Felipe Larrazábal; ilustre escritor, compositor y político fundador del Partido Liberal, en que se reportan las denuncias de los movimientos políticos del Partido Oligarca (conservador o godo) en comunión con la masonería para obtener un resultado favorable en elecciones presidenciales que se darían en el año de 1846, en las cuales el Partido Liberal estaba llamado a lograr una victoria en dichos comicios. En el escrito primero se reseñan las actividades masónicas en el Oriente del país (precisamente Aragua de Barcelona) y posteriormente en Caracas, donde el diario rechaza categóricamente el uso de logias para contrarrestar la opinión popular. Dejamos la ortografía de la época:
«Parece que los oligarcas piensan entrar mazónicamente en la próxima campaña electoral. Hemos visto copia de una carta de un personaje de la República, en que aconseja a un oligarca de esta ciudad, "que procure restablecer la logia para ver si por su medio se logra contrarrestar á la canalla en las próximas elecciones;" y a consecuencia han establecido una reunión mazónica los señores Figuera, Isidro Alvares, Manuel Morales, el español Gregario Delvalle &. Creemos que este es un recurso impotente de la desesperación, porque con reuniones secretas no se puede contrariar la opinión popular. Observaremos los pasos de los mazones oligarcas, y daremos cuenta de todo á nuestros lectores.
(El Republicano.)
Algo parecido a lo que revela de Barcelona el ilustre "Republicano" pasa también entre nosotros. Los oligarcas ponen y pondrán todavía más adelante, en práctica toda especie de recursos para triunfar en las próximas elecciones del gran partido Nacional, á quien ellos apellidan la canalla. A este efecto, los de Caracas han hecho salir ya al Gobernador para trabajar en los pueblos bajo el velo de la visita: le han dado por Secretario á Ramón Días: han cargado con el General Soublette para los valles; han trabajado también mazónicamente &. Nosotros vemos á veces con risas, á veces con indignación tales artes, empleadas para continuar en el sistema actual de opresión y de inmoralidad que ya se ha hecho insoportable. Sin necesidad de logias, sin ocurrir á los misterios de un secreto, sin tener para que trabajar á escondidas, en la estreches de una sala y con las descomodidades de unas frases que embarazan la libertad del pensamiento y de la locución; antes bien buscando la publicidad y el arte de hacer oír á todos los ciudadanos de honor las doctrinas pre excelentes de nuestro partido; asidos de la imprenta, desde cuya tribuna queremos y hacemos resonar las quejas del pueblo; buscando con anhelo el medio de ilustrar las masas, de hacerlas conocer sus derechos y apreciar su importancia; recogeremos todo el fruto que prometen tan buenas semillas sembradas con buena mano, en un bueno y dilatado terreno. Los oligarcas en sus logias, con sus altos títulos, con sus estrechos juramentos, recibirán una lección terrible de ese pueblo soberano, que solo la demencia puede llamar canalla. ¿Quién es la canalla entre nosotros; quienes son los ruines? ¿Cuál es la gente baja y de ralea humilde en una República donde el dogma más sagrado es el de la igualdad? Donde todos son ciudadanos? ¿Donde son unos mismos los derechos civiles y políticos? ¿Donde apenas hay otros esclavos que merezcan este nombre, sino aquellos, que han vendido su conciencia al dinero, su libertad a un poderoso, su dignidad á un empleo? ...... No es así como trabajan los partidos que tienen la convicción de un sistema de justicia. No es por medio de logias que se han de alcanzar las ventajas en los conflictos de las disputas políticas. Ni es posible que quepa, sino en una cabeza sin sesos, la triste idea de cambiar las persuasiones íntimas de un pueblo entero, de contrarrestar sus opiniones, por medio de mazonería, ni recursos de esta especie». 1
Llama la atención esta denuncia, al saber que D. Felipe Larrazábal, redactor probable del escrito, fue reconocido como un fervoroso masón, al punto de componer música (era destacado pianista) para las sesiones dentro de las logias y refutar las críticas hacia esta, dejando sensación con artículos concluyendo que «los masones son los mejores cristianos»2. Observamos aquí otro episodio extravagante que abunda en nuestra historia decimónonica.
«El Patriota» Año 1, Trimestre 2. Núm. 22, Caracas, 16 de agosto de 1845.
Andrés Cassard, «Manual de la masonería»; Jané Hermanos, Barcelona (1871), pág. 704.